El vehículo del presidente de EEUU, Barack Obama, pesa unas ocho toneladas, está fabricado a prueba de bombas, completamente blindado e incluso dispone de sus propias reservas de oxígeno en caso de un ataque químico, pero no ha podido sortear una rampa. El incidente, la anécdota del primer día de la gira europea del dirigente, ha tenido lugar a las puertas de la Embajada de EEUU en Dublín. El vehículo, diseñado por General Motors expresamente para Obama, ha quedado encallado en la rampa de salida de la delegación con la pareja presidencial a bordo.
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